Buceadores retiran una gran red abandonada en los Baños del Carmen con decenas de peces muertos | Diario Sur

2022-11-07 17:06:48 By : Ms. Sandy ye

Una gran sepia, enganchada en el trasmallo abandonado. / sur

Es una de las consecuencias más nefastas del furtivismo, pues, al hecho de capturar ilegalmente animales de todo tipo sin control, se une la matanza perpetrada, sin que esa pesca se llegue a aprovechar para el consumo. Un grupo de buceadores voluntarios de la Universidad de Málaga (UMA) ha conseguido retirar parte de una gran red de trasmallo abandonada en el roqueo de los Baños del Carmen, donde había decenas de peces y moluscos muertos, aunque también ha podido liberar a varios ejemplares que todavía estaban vivos.

Un grupo de buzos perteneciente a la Asociación Universitaria de Actividades Subacuáticas (AUAS) estaba colaborando con el Aula del Mar en un censo de especies en este entorno privilegiado del litoral malagueño. «Hacemos una inmersión antes y otra después del verano en puntos como los Baños del Carmen y el espigón de la Térmica, para ver la presión que reciben durante ese periodo en cuanto a residuos y otros factores», explica Francisco Bautista, presidente del colectivo.

Buceadores, en el momento de sacar a la superficie uno de los trozos de red. / sur

La inmersión tuvo lugar el sábado por la mañana frente al balneario, cuando uno de los participantes se dio cuenta de la presencia de un trasmallo. «En principio creímos que era corto, pero no: cortamos alrededor de dos tramos de más de 20 metros cada uno, y tuvimos que dejar muchas más redes enganchadas allí porque nos quedamos sin aire y tuvimos que salir», se lamenta, aunque ya están preparando una próxima inmersión para liberar lo que falta. La asociación estima que en el fondo todavía quedan del orden de 150 a 200 metros, por lo que la operación tendrá que estar coordinada con varios buceadores.

«El problema es muy gordo, son redes abandonadas y el trasmallo es muy peligroso, el que se engancha no sale», denuncia el responsable del grupo ambiental. «Lo coge todo, no distingue de tamaños ni de nada, y no hay control». El panorama que los voluntarios se encontraron era desolador, con al menos medio centenar de peces y otros animales muertos, como jureles, centollos de gran tamaño y cangrejos; aunque la buena noticia es que lograron liberar a más de una decena de sepias todavía vivas.

La red estaba a sólo 20 metros de la orilla, con la parte inferior a dos metros y medio de profundidad, pero lo peor es que la superior estaba a solo uno de la superficie, por lo que «cualquier persona nadando se enreda y se queda ahí». «Los que se dedican a esta pesca furtiva no pueden ser tan irresponsables, si se les engancha la red tienen que volver para quitarla porque son muy peligrosas, tanto para la fauna como para la vida humana». Para retirar la parte que se pudo sacar del mar fue necesaria una labor compleja para cortarla en tres trozos, a la vez que se iba enrollando y llevando hasta el roqueo seco. «Pero hay que tener cuidado porque allí sigue habiendo un trozo muy grande».

Esta práctica está más extendida de lo se pudiera pensar. Una persona que iba remando sobre una tabla de paddle surf avisó al grupo de que en la misma zona, aunque más cerca de la arena, había otra malla que se veía desde la superficie, y que el colectivo también se ha propuesto localizar y retirar tan pronto como sea posible. En los últimos cinco años este es el tercer trasmallo que sacan del mar en la misma zona.

En este punto, la Asociación Universitaria de Actividades Subacuáticas critica el exceso de burocracia de las autoridades marítimas a la hora de autorizar este tipo de actividades medioambientales, y asegura que en otros puntos de la costa andaluza es más sencillo lograr los permisos que en Málaga. «Sólo les pedimos que no nos lo pongan tan difícil, somos voluntarios ambientales y cada vez nos piden más papeles y permisos, nos tratan como si fuéramos un club deportivo, cuando es todo lo contrario: sólo nos preocupamos por la situación y tratamos de tener un mar más vivo».

El colectivo tiene una veintena de miembros, aunque en sus convocatorias de acciones de limpieza de los fondos marinos llega a haber hasta 300 buceadores llegados de todos los puntos de Andalucía, tanto en Málaga como en otras provincias. Su actividad principal consiste en hacer batidas con fichas en las que catalogan la fauna existente en cada punto y el tipo de fondo, así como la presencia de especies invasoras.