Un móvil con red… de pesca

2022-11-07 16:55:34 By : Mr. Longtime LT

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Silicio, aluminio, plástico, litio, níquel, zinc. Estos son algunos de los materiales que los españoles llevan en los bolsillos. Ya sea en distintas proporciones o gramajes son los elementos que dan vida a los últimos dispositivos móviles del mercado. Una larga lista de ingredientes a la que hay que añadir redes de pesca. «Estas se pueden integrar en una amplia gama de aplicaciones, como componentes eléctricos o para automóviles, muebles, relojes y tablas de surf», señala Nileshkumar Kukalyekar, responsable de negocio para el sur de Asia en Royal DSM's Engineering Materials.

Cada año, cerca de 12 millones de toneladas de plástico acaban en los mares y océanos de todo el planeta, el 10% de estos residuos provienen de las redes de pesca. De hecho, un informe de la oenegé WWF señala a las redes fantasmas como «una gran arma mortal que abunda en los mares, los gobiernos y las empresas no le han prestado suficiente atención». Su investigación muestra que el número de especies afectadas por el enredo en este tipo de redes o la ingestión de residuos plásticos se ha duplicado desde 1997, pasando de 267 a 557 especies. «Royal DSM recolecta alrededor de 2.000 toneladas de redes de pesca desechadas cada año en el Océano Índico y sus alrededores», explica Kukalyekar. Captura que «se reutiliza en gránulos de resina de poliamida», añade.

Los barcos de esta compañía holandesa salen a faenar, pero no para capturar sardinas, anchoas, jureles y caballas por el Índico. Sus radares ponen el foco en el nailon, poliéster y la poliolefina. «La mayoría de las redes desechadas en el mar están hechas de estos materiales», comenta Kukalyekar.

Las 2.000 toneladas anuales capturadas por los navíos de esta firma permiten salvar vidas de ballenas, tortugas y demás especies marinas. «Además, tienen una segunda vida», destaca el responsable de negocio para el sur de Asia en Royal DSM’s Engineering Materials. Estos materiales a la deriva en el mar, una vez capturados, se convierten en un polímero de alto rendimiento «que se puede reforzar con fibra de vidrio», comenta. «Así se puede aplicar en componentes electrónicos», repite Kukalyekar.

Un material novedoso bautizado como Akulon RePurposed «de rendimiento comparable al de los nuevos plásticos a base de petróleo». Además, gracias a su composición este elemento químico puede resistir la exposición continua al sol, la sal, el agua y la arena. «Nuestros dispositivos se fabrican con un mínimo de 20% de redes de pesca reutilizadas», destaca Pranveer Singh Rathore, responsable de I+D en Advanced CMF Lab del negocio de Mobile Experience en Samsung Electronics.

En colaboración con Hanwha Compound, la surcoreana Samsung ha conseguido integrar estas redes fantasmas en partes de su nuevo Galaxy S22, «los usamos en componentes clave y en la cubierta interna del S Pen», destaca Rathore.

Esta iniciativa, según los datos de la firma surcoreana, podría evitar que más de 50 toneladas de redes de pesca que serían desechadas ingresen a los océanos del mundo. Además, incluye aumentar el uso de materiales reciclados, reducir la energía de reserva, eliminar el plástico de un solo uso de los envases y desviar todos los desechos de los vertederos para 2025. «Buscamos constantemente nuevas formas de desarrollar materiales sostenibles que no sólo utilicen los recursos de nuestro planeta de forma eficiente, sino que también nos ayuden a ofrecer dispositivos Galaxy de gran calidad», destaca Singh.

La sostenibilidad es un movimiento que ha echado raíces también en el mundo de la tecnología. En 2019, el gigante de los buscadores Google anunció la construcción de sus dispositivos móviles con materiales reciclados. Una iniciativa a la que recientemente se ha sumado la firma china realme.

Se estima que más de 5.000 millones de personas, lo que suponen dos tercios de la población mundial aproximadamente, tienen un teléfono móvil. Una sociedad conectada, pero no del todo con el medioambiente.

Casi la práctica totalidad de la huella de carbono se produce en el proceso de producción. Un teléfono móvil promedio genera 55 kg de emisiones de carbono durante esta fase.«Esperamos con ganas que llegue ese día en el que la tecnología no sea un residuo», apostilla Singh.

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