El Campeonato Mundial de Parabádminton se realizará a inicios de noviembre en Japón. Y uno de los que ha clasificado por Perú es el deportista nacional Manuel Puente (24 años), quien ya ha ganado medallas de oro en campeonatos sudamericanos. Sin embargo, su participación en suelo nipón corre riesgo, pues no tiene los recursos necesarios para viajar, y necesita el apoyo del sector privado y estatal. Eso no es todo. Cuenta que la empresa que le causó el accidente, por el que le amputaron su pierna derecha, no está resarciendo el daño, no se ha hecho cargo.

Manuel es un destacado parabadmintonista peruano. Sus premios y medallas lo respaldan. Comenzó en el deporte de la pluma a los 19 años, en 2018, luego de que perdiera su pierna derecha, y fue por invitación de Pedro Pablo de Vinatea, medallista de oro en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019. Agarró la raqueta y probó el bádminton como un hobby; al final, le encantó. Su esfuerzo y dedicación le han permitido ganar torneos a nivel nacional y dos campeonatos sudamericanos. En la edición de Ecuador 2019 se colgó dos preseas doradas, en la modalidad individual y dobles, y en Brasil 2021, también se llevó un oro, pero solo en individual, su especialidad; aunque precisa que puede disputar lo que le diga el entrenador, él siempre estará dispuesto.

Considera, además, que en el Sudamericano de Parabádminton de Brasil 2021 tuvo el mejor desempeño de su carrera, pues, primero, pudo derrotar a rivales que antes no podía vencer; segundo, pudo demostrar cuánto había mejorado. Y tercero, pudo ganar pese a que no contó con la mejor preparación. “Yo llegué lesionado a ese torneo. Un mes antes me detectaron una tendinitis en la rodilla y no pude entrenar como era debido. No llegué en buena forma. Igual en los partidos que los entrenadores me pusieron yo di lo mejor de mí, lo dejé todo en la cancha y felizmente pude traer esa medalla de oro”, relata.

Su objetivo ahora es el Campeonato Mundial de Japón que se desarrollará entre el 1 y 6 de noviembre, pero requiere ayuda para poder viajar. Es cierto que recibe soporte por parte de la Federación de Bádminton en lo deportivo -cuenta con entrenadores, psicólogo y preparador físico- y que se encuentra en el Programa de Apoyo al Deportista (PAD) del IPD, por lo que percibe una subvención que le permite cubrir gastos como el transporte, el encordado de raqueta, entre otros. Sin embargo, añade, “yo requiero un apoyo extra por parte de una organización privada para que se sume al proyecto. Lo que yo tengo que gastar en el hotel, por ejemplo, son 100 dólares la noche. Y cómo son siete días aproximadamente van a ser 700 dólares. También tengo que pagar la inscripción que son otros 100 dólares. Ni qué decir del vuelo de Lima hasta Tokio, no es nada barato”.

También necesita una prótesis especializada para que pueda jugar con mayor solvencia y comodidad. La que él tenía se rompió y al momento está entrenando con la prótesis que utiliza para caminar. “Sin embargo, esa prótesis es muy pesada, me limita demasiado, no me deja moverme cómodamente. Por ello, la prótesis deportiva sí es muy importante en este caso. Sí me perjudica bastante entrenar con la prótesis de caminar porque no deja que yo desarrolle todo mi potencial”, señala. La prótesis que él requiere cuesta alrededor de 7.000 dólares, dinero con el que no cuenta.

Esa prótesis, además, le va a ayudar para las próximas competiciones que tiene en agenda en su camino por conseguir un boleto a los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023. El periodo de clasificación para este torneo de América es entre junio de este año y mayo del siguiente, y tiene que sumar puntos en torneos organizados por la Federación Mundial de Bádminton (BWF, por sus siglas en inglés). Uno de ellos es el Internacional de Parabádminton de Indonesia 2022 (a fines de agosto). Asimismo, está el Mundial de Japón, el Panamericano de Parabádminton de Colombia y el Internacional de Parabádminton de Perú 2022, todos en noviembre. Hasta el momento, no ha podido sumar puntos.

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Lo que pide Manuel, principalmente, es apoyo al sector privado para que pueda adquirir su prótesis y solventar su viaje a Tokio. “Hago el pedido a la empresa AJE, que a través de sus distintas marcas apoya a los deportistas. También a la empresa Volcan, a Cementos Lima”, expresa. Y recuerda que antes Latam tenía un convenio con la ANPP (Asociación Nacional Paralímpica de Perú) que les ayudaba con los vuelos, pero este año se acabó. “Sería bueno que Latam nos siguiera apoyando. Nos ha apoyado bastante en ese aspecto y hemos traído logros. Hemos demostrado que nosotros podemos traer distintas alegrías al país”, acota el paradeportista.

Por último, le pide apoyo a la embajada estadounidense. “Muchos vuelos pasan por Estados Unidos, hacen escala allí. Y yo necesito la visa de tránsito cuanto antes, porque en la manera más económica de trasladarme a los países en los que necesito participar”, manifiesta. Manuel está canalizando la ayuda a través de sus redes sociales (en su cuenta de Instagram: manuelp.badminton) o mediante su número celular (980 487 148). “Ahí podrían contactarse conmigo para cualquier tipo de ayuda. Toda colaboración sería bien recibida y aportaría bastante”, indica.

Manuel, probablemente, no estuviera pidiendo mucha ayuda si la empresa que le causó el accidente se hubiera hecho cargo. Hace cinco años, en 2017, el joven deportista dictaba clases de matemáticas en una academia preuniversitaria y el 9 de julio, día del examen de admisión, algunos de sus alumnos habían ingresado a la Universidad Católica. Lo llamaron para que dé una charla motivacional, así que asistió. La actividad terminó alrededor de la medianoche y aproximadamente a la 1 estuvo llegando a su casa en San Miguel. “Veo la reja cerrada, yo ya estaba en la esquina sacando mi celular para realizar una llamada y que me abran la puerta, cuando en eso el camión de basura de la empresa Petramás retrocede intempestivamente, subiendo a la vereda y me arrolla la pierna derecha, no tenía luces, no tenía sonido”, narra el paradeportista.

En lugar de que actúen al instante, Manuel cuenta que lo tuvieron en el lugar dos horas y que no lo llevaron a la clínica inmediatamente como deberían haberlo hecho. “Creo que más se preocuparon por ellos mismos en no quedar mal. Pusieron bolsas de basura al costado. No sé qué intenciones tuvieron para hacer eso. O sea, el accidente había sido a la 1 y yo recién a las 3 de la mañana estaba ingresando a una clínica. Llegué con 3 de hemoglobina y casi muero en ese momento. Pude haber muerto porque llegué con casi nada de sangre”, señala.

El problema es que la empresa “no se ha hecho cargo de nada”, nos dice Manuel. Solo se activó el seguro de accidentes contra terceros de Pacífico cuando él ingresó a la clínica San Gabriel, pero una vez que le dieron de alta, desapareció. El caso actualmente está judicializado en el aspecto penal y civil, pero “en estos 5 años que han pasado, no ha habido ningún avance”, revela el deportista; “entonces, de paso, yo hago un llamado al Poder Judicial y a la Fiscalía para que se pronuncien de una vez contra lo que sucedió hace 5 años, porque cómo es posible que haya pasado tanto tiempo y no haya habido ningún avance, lo van a seguir dilatando hasta no sé cuándo”.

- Juega en la modalidad SL3 del parabádminton, en mitad de cancha.

- Pedro Pablo de Vinatea inspiró a Manuel en este deporte y también le dio la confianza para salir adelante y superar distintos obstáculos. Ambos tienen una muy buena relación.

- Manuel estudió gestión y alta dirección en la Universidad Católica. Acaba de terminar y ya presentó su tesis, está esperando que le programen su sustentación para sacar la licenciatura.

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